The Shadow Broker

Reto 6. Escribe un relato en el cual el personaje principal sea alguien que conozcas hoy.

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Gracias a su labia, Roberto siempre terminaba consiguiendo aquello que se propusiera, ya fuese un ansioso ascenso en el trabajo o la chica que más deseaba en ese momento.

Aunque cualquiera diría que esto pudiese provocar sentimientos de envidia en sus compañeros, en realidad ocurría todo lo contrario. Roberto era una persona por el que todos sentían una profunda admiración. Estaba continuamente en boca de todos y nadie se atrevía a decir cualquier aspecto negativo sobre el atractivo abogado.

Nadie tenía nada en contra de él, salvo el recién llegado Rubén, que no podía entender la reputación de su compañero, ya que continuamente observaba cómo perjudicaba al resto de abogados de bufete para conseguir siempre los mejores casos.

Cuando a Rubén le asignaron el caso Dutroux, el de mayor importancia que actualmente tenía en el bufete, junto al exitoso Roberto, recibió múltiples palmaditas en la espalda y continuas miradas de envidia de sus compañeros, pero él no estaba nada feliz con tener que trabajar codo con codo con alguien así. Había algo en su compañero que no le daba buena espina.

– ¿Así que Dutroux? – le dijo Roberto con actitud desafiante al llegar a su despacho.

Rubén permaneció de espaldas, ordenando todo el papeleo referente al caso sin hacer demasiado caso a Roberto.

Viendo la actitud pasota de la joven promesa del bufete, Roberto decidió sentarse directamente delante de Rubén y dio un golpe seco con su mano en el montón de papeles que estaba ordenando, obligando así a Rubén a levantar la vista.

-Rubén, tengo la ligera sensación de que tienes algún problema conmigo.

– Bueno, ¿empezamos a preparar el caso o qué? – dijo Rubén, apartando de nuevo la mirada de Roberto y centrándose en ordenar las papeles del caso.

– No, creo que todavía no has entendido cómo funcionan las cosas aquí.

Rubén apartó definitivamente la vista del montón de folios apilados y prestó atención a Roberto, dándose cuenta de que había algo extraño en sus ojos que no parecía humano. Poco a poco el color de sus ojos empezó cobrar un extraño color rojizo, cada vez más oscuro.

Sin darse cuenta, Rubén estaba totalmente inmóvil, a merced de los deseos de Roberto, que sonreía ampliamente, dejando así a la vista unos largos y afilados colmillos que antes no estaban ahí.

Rubén nunca recordaría este encuentro y hasta el mismo día de su muerte sólo sentiría admiración y un profundo amor por Roberto que nunca pudo explicar.

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